Sin embargo las comadronas ya sabían hace tiempo que los protocolos más respetuosos, mas a su debido tiempo, y los menos invasivos son los mejores como por ejemplo el de la comadrona Robin Lim, que realiza una hermosa labor en su centro de asistencia al nacimiento BUMI SEHAT en Indonesia, percibe a la placenta como el octavo chakra. Ella cree que el origen de la sensación de dualidad de los seres humanos tiene su origen en el corte del cordón con tijeras de acero, en su centro de atención al parto, ofrece para quienes lo deseen la Técnica de quema del cordón con la llama de dos velas.
Quemar el cordón, simbólicamente sella la comunión de cuatro elementos en los que el aire es el primer respiro que realiza el bebé, el agua es el liquido amniótico del que procede, la tierra es el acto de nacer en si mismo y el fuego es la llama de la vela que lo separa del cordón.
Los maoríes de Nueva Zelanda entierran la placenta de forma ritual en un ancestral lugar de encuentro. La placenta de los bebés Hmong (Tribu del Sudeste Asiático) se entierra en el interior de la casa donde han nacido. Los Navajo de la zona suroeste de América también entierran la placenta de sus hijos dentro de lo que denominan las Cuatro Esquinas sagradas para ligar a su nuevo hijo/a con su tierra y sus ancestros. En Islandia se piensa que el espíritu guardián del bebe, reside en la placenta, de hecho la llaman fylgia que significa Ángel de la Guarda. En Egipto algunos templos fueron construidos para enterrar la placenta de los faraones.
Cuando sembramos un placenta estamos extendiendo la función fundamental de la placenta de nutrir más allá de la gestación. La placenta entonces pasa a nutrir la tierra y esa tierra nutre a la planta que le siembres encima; y si esa planta da frutos esos frutos te nutrirán a ti y a tu familia cerrando así un ciclo vital de comunión y nutrición.
Ahondando en esto, devolver una placenta (o parte de la placenta a tierra) aportar a balancear la ecuación entre lo que tomamos de la tierra y lo que retornamos a ella. A esto se suman y fortalecen prácticas como devolver la luna a tierra y hacer compostaje de materia orgánica.
Nuestro vehículo de supervivencia que permite a la vida manifestarse es la Sacralidad de la triada prenatal que está compuesta por:
Quemar el cordón, simbólicamente sella la comunión de cuatro elementos en los que el aire es el primer respiro que realiza el bebé, el agua es el liquido amniótico del que procede, la tierra es el acto de nacer en si mismo y el fuego es la llama de la vela que lo separa del cordón.
Los maoríes de Nueva Zelanda entierran la placenta de forma ritual en un ancestral lugar de encuentro. La placenta de los bebés Hmong (Tribu del Sudeste Asiático) se entierra en el interior de la casa donde han nacido. Los Navajo de la zona suroeste de América también entierran la placenta de sus hijos dentro de lo que denominan las Cuatro Esquinas sagradas para ligar a su nuevo hijo/a con su tierra y sus ancestros. En Islandia se piensa que el espíritu guardián del bebe, reside en la placenta, de hecho la llaman fylgia que significa Ángel de la Guarda. En Egipto algunos templos fueron construidos para enterrar la placenta de los faraones.
Cuando sembramos un placenta estamos extendiendo la función fundamental de la placenta de nutrir más allá de la gestación. La placenta entonces pasa a nutrir la tierra y esa tierra nutre a la planta que le siembres encima; y si esa planta da frutos esos frutos te nutrirán a ti y a tu familia cerrando así un ciclo vital de comunión y nutrición.
Ahondando en esto, devolver una placenta (o parte de la placenta a tierra) aportar a balancear la ecuación entre lo que tomamos de la tierra y lo que retornamos a ella. A esto se suman y fortalecen prácticas como devolver la luna a tierra y hacer compostaje de materia orgánica.
Nuestro vehículo de supervivencia que permite a la vida manifestarse es la Sacralidad de la triada prenatal que está compuesta por:
- el cordón umbilical
- el saco amniótico
- y la placenta
La placenta que se implanta en el útero de la madre toma de ella lo necesario para formar al bebé, sin mezclar nunca la sangre de uno con la del otro.
Se lo transmite por medio del cordón umbilical a través de dos arterias y una vena.
El saco amniótico los engloba, conteniendo al bebé y el liquido en el que este vive.
Sin ninguno de los tres, la vida no sería posible.
¿Qué es el nacimiento LOTUS?
Es la práctica de dejar el cordón umbilical sin cortar, de ese modo el bebé queda unido a su placenta hasta que este se desprende de un modo natural por el ombligo. Hecho que suele suceder entre los tres y los diez días después del parto.
Se considera este contacto como un tiempo de transición, que permitirá al bebe distanciarse de la unión con el cuerpo de su madre de una manera suave y paulatina.
El nacimiento Lotus es un ritual nuevo, que antes de 1974 solo se había descrito en chimpancés, pero desde entonces han nacido muchos bebes de esta manera, en sus hogares o en hospitales, en la tierra y en el agua, e incluso por cesárea.
Si usamos la metáfora de pensar en el ser humano como una planta de loto: la placenta son las raíces, el cordón umbilical es el tallo y el bebé es la flor/fruto.
Es posible que vertiendo agua a las raíces de nuestros corazones podamos encontrar sentido a nuestras vidas. Nutriendo de donde venimos podemos encontrar pistas de a donde vamos.
Para más información podéis leer el libro que ha servido de inspiración y fuente para este artículo"LA PLACENTA: UN CHAKRA OLVIDADO" escrito por Robin Lim abuela, poeta y comadrona en el que se centra en este órgano, sus historias, sus leyendas, su funcionamiento, su conservación, ceremonias, recetas, el nacimiento Lotus .... etc.
La Placenta. El Chakra Olvidado acoge el respeto por la Cultura y el respeto por la Naturaleza al tiempo que se basa firmemente en la investigación científica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario